lunes, 7 de marzo de 2016

La Deriva


He escuchado el ritmo de los feriantes 

Poniendo precio a mi agonía; 
Familias de erizos en sus manos frías. 

Habrá que inventarse una salida, 
Ya no hay timón en la deriva. 

Has tenido pulso para engancharme 
Alistado en ejércitos suicidas. 
Me adentré en el bosque y no encontré al vigía. 

Habrá que inventarse una guarida, 
No quiero timón en la deriva. 
Cada cual que tome sus medidas. 

(Vetusta Morla)

Pocas formas mejores he encontrado de resumirlo.
Es lo que pienso.
Hay quien se molesta con mis posts. En su día me pidieron borrar algunos. Siguen todos en su sitio.
A mí me molestan otras cosas.
Me molesta que me mientan en público.
Me molesta que los tramites lleven meses y meses de retraso.
Me molesta que no me cojan el teléfono.
Me molesta que se salten los reglamentos.
Y me molesta más, que los modifiquen en su propio beneficio (especialmente cuando es el electoral).
Dije en su día que lo que más me molestaba era que me tomasen por tonto, es cierto, pero he encontrado cosas que me molestan incluso más.
Y os podría enumerar un montón de ellas relativas a delegaciones concretas, a perros concretos, a diagnósticos concretos e incluso a jueces concretos.
Pero no lo voy a hacer.
Porque lo que más me molesta, es el inmovilismo de la masa social. Ese mismo socio bocachancla que luego exige y critica a todos, pero que a la hora de decidir, busca su propio beneficio y el de sus perros.
Porque en el país de los ciegos, el tuerto es el rey.
Hasta siempre.