“Fases del
Desarrollo Social del Perro”
(por Jorge Maggi-Argentina)
I- INTRODUCCIÓN
El
desarrollo cronológico, el crecimiento en edad del perro, tiene una
clasificación clásica en “Etapas”. Es muy importante conocer qué espera el
perro de nosotros en cada una de esas etapas y también qué podemos exigirle. El
aprovechamiento integral de las condiciones de un individuo sólo podrá lograrse
con un amplio conocimiento de cómo van evolucionando sus sentidos, su
desarrollo anatómico, su evolución fisiológica, su percepción y todas sus
capacidades. Hacer lo debido en el momento oportuno será la base para conseguir
de un perro sus máximas prestaciones, en un ambiente en el que el perro y el
hombre se encuentren cómodos, con sus dos mundos “fundidos” en uno solo, de tal
forma que la convivencia, la relación social, sea natural y felizmente aceptada
por ambos.
Todavía
dentro de esta introducción agregaremos algunos conceptos que completan mucho
de lo incluido en la clase anterior. Son
conceptos básicos que recomendamos tener siempre presentes, tanto para el
manejo de un perro que convive con una familia, como para un perro que va a
adiestrarse y entrenarse para la Competencia Deportiva.
1)
Del 2º al 9º día, se manifiestan reflejos
nerviosos primarios. Los cachorritos deben permanecer tranquilos con la madre.
Su mundo es un mundo de tacto y olores. Sus Instintos Coordinados Hereditarios (buscar las mamas y mamar, protegerse
del frío), se manifiestan en todos los individuos de todas las razas. Un
ambiente con condiciones adecuadas de temperatura (25º a 28º en la primer
semana; 22º a 25º en las 2 semanas siguientes), humedad ambiente entre 50% y
60%, ambiente tranquilo sin stress, y una madre de buen temperamento que
atienda solícitamente a sus hijos, son algunas de las condiciones
imprescindibles que tendrán importancia fundamental en el futuro desarrollo de
los cachorros.
2)
Del 9º al 10º día, comienzan a abrirse los
ojos; del 11º al 13º día, comienzan a abrirse
los canales auditivos, sin percepción conciente (esto ocurre hacia el día 21).
El oído es un sentido que funciona completamente a los 28 días de edad, por eso
ningún condicionamiento sonoro debe efectuarse antes de las 4 semanas.
3)
Desde el día 14 al 19, es conveniente
“tocar” a cada cachorro 3 ó 4 veces por día, haciendo masajes leves con los
dedos en la cabeza, omóplatos y barriga.
4)
En el día 20 el cerebro del cachorro
comienza a entrar en estado de conciencia.
5)
A partir del día 21 ya están en vida
conciente y pueden comenzar a aprender a través de la experiencia. (ver “Fase
de Socialización”)
6)
Entre el día 36 y 42 es bueno caminar
normalmente entre los cachorros, en un momento agacharse, mirar a los cachorros
y llamar su atención golpeando las manos. Esto es una gran ayuda para la
socialización. Es importante que cuando los cachorros lleguen a nosotros, tal
vez gimiendo, le dejemos lamer nuestras manos. Ese lamido es muy importante, ya
que expresa la voluntad del cachorro de agradar, de ser aceptado.
7)
Entre el día 43 y 49 iniciamos paseos cortos
en auto, afianzamos la relación hombre/perro. La socialización hombre/perro nunca debe iniciarse después de esta
semana (de hecho, veremos más adelante que lo ideal es que la socialización
se inicie desde los primeros días de vida).
8)
A partir de ahora Ud. debe asumir un comportamiento donde su “autoridad” (máxima jerarquía), es innegociable.
Una actitud firme sin ser violenta, nunca caprichosa, y el comienzo de premios
(como una simple caricia en la cabeza) y castigos (no mirar al cachorro por un
rato, no atenderlo, ignorarlo por un momento, es un “castigo” que el cachorro
percibe muy bien). Esa caricia en la cabeza técnicamente se llama “reforzamiento positivo”de una conducta del perro que
nos satisface; un “Nooo!” dicho con firmeza, sin que sea un grito y sin que
exprese violencia, es un “reforzamiento negativo”.
El ejercicio prudente, hecho con inteligencia, de reforzamientos positivos y
negativos, irán “educando” al cachorro, que procurará motivarnos a muchos
reforzamientos positivos y tratará de evitar los reforzamientos negativos.
9)
También son importantes las inflexiones de voz
y también las expresiones de nuestra cara. La risa, nuestra sonrisa,
rápidamente son interpretadas por el cachorro como expresión de nuestro agrado,
de nuestra satisfacción por algo que él cumplió bien. No hay que temer el
ridículo. Sonreírle a un perro para expresar nuestra satisfacción, nuestra
conformidad para con él, es un “arma” que nos va a ayudar mucho en el futuro.
Esto no es de extrañar ya que las personas sonrientes son mejor aceptadas, caen
bien en nuestro mundo humano.
10)
Desde el día 50 en adelante comienza la socialización perro/perro. Con
cuidado debemos iniciar la relación de nuestro cachorro con sus congéneres.
A
continuación vamos a desarrollar en forma cronológica todo lo referido a las “Fases del Desarrollo Social del Perro”.
Es necesario aquí hacer una advertencia muy importante: con la misma receta de
cocina 6 cocineros cocinan comidas de distintas calidades. Esto quiere decir
que lo importante no es sólo la receta, sino la capacidad del cocinero. Las
“recetas” para optimizar el desarrollo físico y la conducta de un cachorro
pueden ser muy buenas desde el punto de vista técnico, pero es imprescindible
ser un “buen cocinero”. También es importante incorporar con criterio a este
“trabajo” nuestra personalidad, nuestras capacidades. Algunas comidas tienen un
sabor especial por una salsa “secreta”, creación del cocinero privilegiado. No
hay que temer las innovaciones; interactuar con un perro es maravilloso, nos va
a hacer bien, nos va a tranquilizar, nos va a disminuir el stress. Si uno tiene
una mascota, especialmente un perro, es para disfrutarlo. Las fases son las
siguientes:
1) FASE DE SOCIALIZACIÓN
a)
Desde los 20 a 35 días
b)
Desde los 35 hasta los 80/90 días
2) ETAPA JUVENIL
a) Etapa Juvenil Primaria
(3 a 5 meses)
b) Etapa Juvenil Avanzada (5 a 8 meses)
3) PUBERTAD (7 a 12 meses)
4) ADULTEZ (1,5 a 6 años)
5) MADUREZ (se inicia a los 6 ó 7
años y dura hasta la Senectud )
6) SENECTUD (desde los 8 ó 9 años
hasta la muerte)
1) FASE DE SOCIALIZACIÓN (desde los
20 días hasta los 3 meses de edad)
·
El cachorro
considera al hombre como animal padre; con un sabio manejo se le graba el ser
humano como guía y protector.
·
Comienza a
captar su “medio ambiente” y “aprende” de todo lo que lo rodea y alcanza a
percibir.
·
En esta
etapa, es fundamental que el hombre prodiga al hombre el máximo afecto, lo
acostumbre paulatinamente al nuevo medio ambiente, ruidos, tránsito, personas e
incluso a viajar en vehículos.
a) Desde los 20 a los 35 días, la capacidad sensorial del
cachorro es escasa, carece del sentimiento del miedo, lo cual facilita
enormemente la adaptación sin traumatismos al medio ambiente. Aquí debemos
comenzar con tranquilidad e inteligencia un manejo del juego y el movimiento
corporal de los cachorros (gimnástica funcional) con pelotitas y latitas y
también un cepillado diario, maniobra seria pero alegre, que permita
“socializar” en forma óptima la relación entre los cachorros y el “jefe”.
En
la vida del lobo, la etapa de “instrucción primaria”, entre los 20 y 35 días, está a cargo de
la madre. Cuando el cachorro crece y puede desplazarse, comienzan algunas
salidas en torno de la “cueva de cría”. Estas primeras salidas son “salidas
colectivas”, cortas y siempre cercanas al redil.
b) Desde los 35 días a los 80/90 días. Este es un período muy importante,
un “período sensible”, dónde un manejo equivocado puede hacer muchísimo daño. A
los efectos didácticos daremos un ejemplo frecuente describiendo situaciones de
nuestro “mundo humano”: una madre con su bebé de 2
meses en brazos toma un ascensor y sube hasta el piso 20, el bebé no se
altera en absoluto. Esto es porque el mundo de ese bebé se circunscribe al
regazo de la madre, no percibe más que los olores familiares y agradables de ese mundo pequeñito. Esto sucede porque no
tiene desarrollado sus sentidos, es inconsciente, no percibe nada “externo”. No
se asusta, no se altera, y se siente igualmente cómodo y protegido. Pasan unos
años y esa misma madre toma el ascensor con ese mismo
niño que hora tiene 6 ó 7 años. Sube el ascensor y cuando llegan al piso
20 el niño está pálido, con las palmas de las manos transpiradas y una incómoda
sensación en el estómago. Esto sucede porque el niño ahora tiene todos sus
sentidos desarrollados, pero su entendimiento, su aprendizaje, su experiencia,
su madurez no alcanzan para enfrentar situaciones como esta. Se sorprende, se
asusta, y se encuentra en una situación incómoda que le gustaría no repetir.
Pasan unos años más y el que fue bebé, y niño de 6 años, ahora es un adolescente de 15, y lo vemos subir y bajar del
ascensor con total naturalidad, sin prevención ni molestia alguna. Sucede que
está plenamente desarrollado, tiene madurez y experiencia para entender muchas
nuevas situaciones y enfrentarlas y superarlas con naturalidad.
En
nuestros perros, la situación de un cachorro entre los 20 y los 35 días es similar a la del bebé de pecho. Entre los 35 y 90
días es parecida a la del niño de 6 años
(todos los sentidos desarrollados, es decir, percibe clara y rápidamente todos
los nuevos peligros) pero carece de la madurez y de la experiencia para
enfrentarlos sin alterarse; un perro de 15 meses, si
fue bien manejado, está en situación parecida al adolescente de 15 ó 16 años
(tiene un buen desarrollo corporal, lo que le da buenos medios físicos para
superar dificultades y tiene un avanzado desarrollo cerebral y perceptivo, lo
que lo pone en situación de comprender rápidamente situaciones nuevas y
encontrar fácilmente las soluciones correctas).
En este “período sensible”, nosotros agravamos
los riesgos porque en nuestro medio la mayor parte de los cachorros cambian de
dueño, de ambiente, de grupo social, entre los 45 y 60 días. Es decir, en el
período más riesgoso, cuando el criador debería estar accionando con el
adecuado manejo que describimos en la primera parte de esta clase, nosotros
hacemos lo menos indicado: ¡vendemos el perro! Y
el cachorro, que como ya hemos visto tiene como principal dificultad adaptarse
al “mundo humano”, que no es el propio, afronta una situación todavía más
difícil: cuando aún no se adaptó a su “primer mundo humano” (el criador y el
hábitat del criadero), está forzado a cambiar a “otro mundo humano”,
generalmente bastante distinto a aquel en que el cachorro nació y vivió sus
primeros 50 ó 60 días. En general, en nuestro medio la mayoría de los cachorros
van a nuevos propietarios que carecen de los mínimos conocimientos para el
manejo adecuado del nuevo ser (el cachorrito), que se incorpora a su grupo
social, a su familia. No es suficiente el cariño y el amor por los perros,
también hay que tener conocimientos,
saber que es lo que el perro necesita, lo que le hace bien, y así poder
ayudarlo a incorporarse a su “nueva familia”. Sin embargo, no debemos
desesperarnos: los conocimientos que nosotros tenemos, más los que sigamos
incorporando, nos permitirán ser “pequeños o grandes maestros”, poder no sólo
aprender sino también enseñar estas cuestiones, y de a poco, con paciencia, si
nos ponemos este objetivo, Criadores, Dirigentes, Veterinarios, Jueces, iremos
paulatinamente mejorando “los mundos humanos” en que obligamos a vivir a los
perros. Y ese es el principal objetivo
de estos Cursos: formar maestros de tal forma que estos conocimientos
básicos pero importantísimos se vayan difundiendo en progresión geométrica.
Un buen consejo es hacer como la mayoría de los
criadores hacen en Europa y en Estados Unidos: los cachorros salen del criadero
cerca de los 3 meses de edad. Es decir, el criador cumple con su “obligación
responsable” de entregar el cachorro a sus nuevos dueños cuando ya lo ha
socializado, cuando ya ha aprovechado sus conocimientos para entregar un
producto mejor formado y también con un poco más de desarrollo para que la
adaptación al nuevo hogar sea más fácil y más placentera. Nosotros aquí en
nuestro medio podemos corregir algunas de nuestras deficiencias haciendo un instructivo, un escrito con consejos y
recomendaciones que orienten a los nuevos propietarios, no sólo en cuestiones
sanitarias (esto la mayoría de los criadores ya lo hacen), sino sobre
cuestiones del manejo correcto en lo referido a la educación casera, al
establecimiento de normas de convivencia correctas, que harán que ese cachorro,
cuando crezca, tenga aquel famoso buen
comportamiento social, buena capacidad para vivir dentro de la sociedad
humana (de esto ya hablamos pero debemos insistir permanentemente).
La
aceptación de estas responsabilidades por parte de los Criadores, no por una
exigencia jurídica o una obligación reglamentaria, sino por una íntima
convicción de que criar perros es hacerlo así, de la mejor manera posible, nos
llevará a un mejoramiento de la “cultura cinológica” en general y entonces todo
será más fácil. Los Cursos,
las charlas, no sólo para entendidos sino para el público general (potenciales
compradores de cachorros), la publicación de artículos en revistas
especializadas, catálogos de exposiciones, páginas web, etc., nos irán
acercando al éxito. Este es un esfuerzo y una responsabilidad que debemos
asumir entre todos.
2- ETAPA JUVENIL (desde 3 a 7-8 meses)
a. Etapa Juvenil Primaria (3 a 5 meses)
·
Es como
educar a un niño pequeño, poniéndole pautas de comportamiento. Es el inicio de
la educación. Un bebe de 8 meses cuando está
aprendiendo a comer puré con una cuchara puede ocasionalmente sacudir la
cuchara y pegarle puré en la cara a la abuela, pero ningún niño de 3 años hace
eso. Y esto es porque la educación
le ha impuesto normas de comportamiento.
·
Un perro no
aprende tanto ni tan a gusto como en esta etapa. Por eso hay que aprovechar un “juego-enseñanza”, bien planificado que se prolongará
hasta los 5 meses de edad.
·
Hay un error
que se comete con demasiada frecuencia: es “probarle el carácter” a un perro
“bebé”, que todavía está cambiando los dientes, que tiene la boca dolorida,
inflamada, con dientes movedizos, y a veces “doblados”, porque ustedes saben
que el cambio desde la dentadura temporaria a la definitiva tiene un período de
“dientes dobles” en que coinciden los que van siendo desplazados hasta alejarse
de su fuente nutricia (y así se caen), y los que vienen empujando, los dientes
definitivos, que van tomando lugar a medida que desplazan a los deciduos. En
esta etapa, sólo puede interesarse a los cachorros con algún elemento rastrero,
blando, que nunca debe levantarse del piso, y en cuanto el cachorrito muestra
predisposición para aplastarlo con las manos, ya no hay que hacer más nada, por
lo menos hasta después de los 7 meses cuando tiene la dentición completa, la
boca sana y los dientes fuertes. Recuerden
que para que un perro “haga presa” precisa 3 elementos fundamentales:
1- una
dentadura fuerte y bien desarrollada
2- la cabeza
bastante desarrollada, que entonces tendrá músculos bien fuertes y tonificados,
lo que le permitirá morder fuerte.
3- un buen
corazón, “garra”, que no todos los perros tienen en el mismo grado, que
responden mucho a los antecedentes genéticos, y que cuando falta es imposible
reemplazar desde afuera. El Deportista Canino tiene que poner especial cuidado
en elegir bien a su “compañero de trabajo”.
b. Etapa Juvenil Avanzada (5 a 8 meses)
·
Es
primordialmente aquí donde el cachorro busca su ubicación
jerárquica con respecto al amo. Si la educación hasta aquí ha sido
buena, el cachorro no conocerá la desobediencia y estará conforme con su
posición siempre que el hombre haya sabido mantener adecuadamente “el rango”.
·
Si llegamos
bien hasta aquí, los cachorros están especialmente
dispuestos a la subordinación, están ávidos por efectuar tareas de
equipo y sentirse útiles y activos, lo que les causa alegría y les refuerza su
sentido de personalidad.
·
Para el Deportista de Perro de Trabajo, quien no solo quiere
educar al perro sino también participar en competencias deportivas, es este el
momento adecuado para comenzar, de a poco, un trabajo en serio.
·
El
animal estará encantado de poder trabajar con su “jefe de manada”, por ejemplo, seguir un rastro significará
una cacería en común.
·
Aprovechamos
aquí para indicar que el Adiestramiento en Disciplina debe iniciarse después
que el perro completa su dentición y finalizarse al llegar la Pubertad. Un cachorro
con una buena socialización, tal como lo indicamos, con una Educación Primaria
(preescolar) adecuada según las pautas que fijamos, llega a los 6 meses ( aquí
completan su dentición), con una enorme capacidad para ser adiestrado en
cuestiones de subordinación (lo que llamamos “disciplina”). Este es el período en que el lobo joven quiere “formar equipo”
con el Jefe y comienzan las cacerías en conjunto. Aquí estamos en el
período de máxima voluntad del perro para aprender, con sus sentidos y
capacidades plenamente disponibles para esa tarea de aprendizaje, sin
conflictos jerárquicos con el “Jefe”. Es por eso que hay que aprovechar estos 2
ó 3 meses y el Deportista de Perro de Trabajo no debe perder ni un día de esta
etapa.
3- LA PUBERTAD (7 a 12 meses)
·
Comienza en
el 7mo. u 8vo. mes y concluye con la madurez sexual (aunque hay razas en que
esto es bastante diferente). No solamente en el humano es una edad difícil, en
los perros también.
·
Esta
etapa está dominada por caprichos y desequilibrios temperamentales.
·
Se observa
con frecuencia un comportamiento insurrecto, pendenciero. El propietario puede
llegar a tener la impresión que su perro ha olvidado todo lo aprendido.
·
Por otra
parte, esta fase de probable desobediencia, debido a un trato inadecuado puede
convertirse en fase de temor y de miedo.
Cachorrotes de 8 o 9 meses pueden transformarse en animales cobardes y sumamente miedosos.
·
La pubertad
es una fase intermedia difícil para el cachorrón, en la que cambia de cachorro
a perro adulto en su carácter (acción hormonal), y comienzan las pretensiones
de ascender jerárquicamente.
·
Es en este
momento en el que quedará determinado quién
tendrá el rango máximo, ¿el perro o el amo?
·
Repetimos
acá, a un a riesgo de ser cansadores y aburridos, el mismo ejemplo que dijimos
en la primera clase referido
·
Si una señora de 65 años y 45 kilos de peso
compró un rottweiler a los 2 meses de edad, en este momento tendrá graves
problemas: casi con seguridad, el perro, que ya pesa más de 35 kilos, le pondrá
las 2 patas en el pecho, gruñendo y la mujer quedará recostada contra la pared,
con un miedo terrible, reflejado en la secreción de adrenalina, cuyo olor el
perro percibirá de inmediato. Ahora ya se sabe el dueño de la máxima jerarquía,
y para la dueña, la convivencia será imposible, y que el perro hará todo lo que
quiera o de lo contrario se pondrá agresivo. Situación
inmanejable. Esperemos que estos cursos colaboren a que una señora de 65
años y 45 kilos de peso no compré un rottweiler.
·
Entre los cánidos salvajes (y los lobos) es en la pubertad
(bastante más larga que en los perros domésticos) el
momento en que el lobo joven se quiere atrever a destronar al lobo jefe de la
manada y se producen peleas que pueden ser mortales.
·
Para el
propietario del perro es fundamental demostrar en esta
etapa la superioridad y suprimir la rebelión. Así
se establecerá definitivamente quién es el jefe, llegando esa subordinación a
ser definitiva, formándose posteriormente un sólido equipo perro-hombre, al
cual el perro se somete sin problemas.
·
No
es aconsejable iniciar la instrucción de un perro durante la pubertad. Si no se inició antes es preferible
dejar pasar esta etapa e iniciar el adiestramiento después de los 14 meses.
4- ADULTEZ (1,5 a 6 años)
·
El perro
totalmente desarrollado alcanza su plenitud.
·
Los perros de deporte llegan aquí a su
mejor rendimiento, formando un excelente equipo con su guía.
·
También hay plena capacidad reproductiva, actitud
importantísima para los criadores que realizan es apasionante tarea que es la crianza.
·
El perro,
activo y enérgico, precisa ejercicios
(desde simples paseos y juegos hasta verdadero “training” según la raza y los
objetivos deseados) que lo mantengan con buen tono muscular y le permitan
descargar tensiones.
·
Esta
etapa es también ideal para acercar a los niños al maravilloso fenómeno de la
reproducción.
Conclusión: en gran medida, disfrutaremos aquí de todo lo bueno
que hayamos realizado en el primer año de vida del perro.
5- MADUREZ (se inicia a los 6 ó 7 años y dura hasta la Senectud )
·
Desde los 6
ó 7 años, los perros inician esta etapa que se caracteriza por una progresiva
disminución de la actividad, que paulatinamente lleva a la senectud.
·
La llegada
de la senectud es variable: hay perros que son “jóvenes” hasta los 9 años y
otros que a los 6 ó 7 años ya manifiestan síntomas de vejez.
·
El
perro debe mantenerse activo pero no hay que exigir a un perro de 8 años lo mismo que a uno de 4.
·
Aunque los
perros bien cuidados y sanos todavía están “en forma” desde el punto de vista
reproductivo, es necesario ser prudentes en su empleo, lo que es especialmente
válido para las hembras.
6-
LA SENECTUD (desde los 8 ó 9 años
hasta la muerte)
·
A partir de
los 8 ó 9 años (aunque hay excepciones), los perros entran en la vejez. Van
perdiendo facultades (olfato, oído, vista, agilidad, resistencia) y muchas
veces hay problemas articulares “normales” (artritis, artrosis).
·
El perro se
mueve mucho menos y hay tendencia a aumentar de peso lo que debe ser
controlado. El ejercicio debe ser moderado. Modernamente, está cambiando el concepto de
la nutrición del perro senil (consultar Veterinario) y ahora ya no se usan
tanto los alimentos “light” sino que hay una tendencia a volver a usar
alimentos energéticos en cantidad moderada. Las nuevas tendencias indican que
el perro senil, con los riñones sanos, debe ingerir alimentos ricos en
proteínas. Consultar Veterinario.
·
Algunos
perros pueden cambiar de carácter y hacerse gruñones y
hasta agresivos. En este caso lo mejor es no molestarlos, dejarlos
tranquilos.
·
Es esta la etapa en que más debemos
expresar nuestro amor por el perro, en forma activa, siendo pacientes,
cariñosos y comprensivos.
·
Ojalá nuestro corazón nos
permita, aunque no hayamos cumplido bien con nuestro perro en todas las otras
etapas anteriores, ser capaces de cumplir en esta.
·
¡El perro sólo nos lastima cuando
muere!
NOTA: hay muchas entidades protectoras de animales; hay
mucha gente bondadosa que recoge perros en su casa y los cura y protege.
Piensen ustedes que la mitad de ese esfuerzo no sería necesario simplemente si
cada uno de nosotros cuidara bien y “aguantara” hasta la muerte a nuestros
perros viejos.
Algunos consejos:
·
El perro es
un animal de manada (jauría) con la que convive permanentemente.
·
El perro
será más suyo cuanto más tiempo usted lo tenga a su lado. Aprenderá a leer sus
gestos y movimientos. Haga lo mismo, observe con atención a su perro. Va a
aprender muchísimo!
·
Cuando
quiera enseñarle cosas a su perro y poner al cachorro en “situación propicia” de
atención e interés de formar parte de “un equipo” con usted, sonríale mirándolo
de frente, siempre sonriendo, aunque sea en forma caricaturesca.
·
Si somos
instructores en lugar de “exigir” al perro, debemos “darnos” a nuestra misión
de instruir tratando que la difícil etapa del aprendizaje que en muchos
aspectos contraría las disposiciones naturales del cachorro, le resulte
alentadora, lo mantenga lleno de entusiasmo y de buena voluntad, logrando su
mejor disposición para ejecutar lo que de él requerimos.
Más info en: www.terradantoa.com
GRACIAS a Antonio Medina por cedernos tan gustosamente este espléndido artículo.