martes, 29 de mayo de 2012


“Fases del Desarrollo Social del Perro”
(por Jorge Maggi-Argentina)



      I- INTRODUCCIÓN
El desarrollo cronológico, el crecimiento en edad del perro, tiene una clasificación clásica en “Etapas”. Es muy importante conocer qué espera el perro de nosotros en cada una de esas etapas y también qué podemos exigirle. El aprovechamiento integral de las condiciones de un individuo sólo podrá lograrse con un amplio conocimiento de cómo van evolucionando sus sentidos, su desarrollo anatómico, su evolución fisiológica, su percepción y todas sus capacidades. Hacer lo debido en el momento oportuno será la base para conseguir de un perro sus máximas prestaciones, en un ambiente en el que el perro y el hombre se encuentren cómodos, con sus dos mundos “fundidos” en uno solo, de tal forma que la convivencia, la relación social, sea natural y felizmente aceptada por ambos.
Todavía dentro de esta introducción agregaremos algunos conceptos que completan mucho de lo incluido en la clase anterior. Son conceptos básicos que recomendamos tener siempre presentes, tanto para el manejo de un perro que convive con una familia, como para un perro que va a adiestrarse y entrenarse para la Competencia Deportiva.

1)      Del 2º al 9º día, se manifiestan reflejos nerviosos primarios. Los cachorritos deben permanecer tranquilos con la madre. Su mundo es un mundo de tacto y olores. Sus Instintos Coordinados Hereditarios (buscar las mamas y mamar, protegerse del frío), se manifiestan en todos los individuos de todas las razas. Un ambiente con condiciones adecuadas de temperatura (25º a 28º en la primer semana; 22º a 25º en las 2 semanas siguientes), humedad ambiente entre 50% y 60%, ambiente tranquilo sin stress, y una madre de buen temperamento que atienda solícitamente a sus hijos, son algunas de las condiciones imprescindibles que tendrán importancia fundamental en el futuro desarrollo de los cachorros.
2)      Del 9º al 10º día, comienzan a abrirse los ojos; del 11º al 13º día, comienzan a abrirse los canales auditivos, sin percepción conciente (esto ocurre hacia el día 21). El oído es un sentido que funciona completamente a los 28 días de edad, por eso ningún condicionamiento sonoro debe efectuarse antes de las 4 semanas.
3)      Desde el día 14 al 19, es conveniente “tocar” a cada cachorro 3 ó 4 veces por día, haciendo masajes leves con los dedos en la cabeza, omóplatos y barriga.
4)      En el día 20 el cerebro del cachorro comienza a entrar en estado de conciencia.
5)      A partir del día 21 ya están en vida conciente y pueden comenzar a aprender a través de la experiencia. (ver “Fase de Socialización”)
6)      Entre el día 36 y 42 es bueno caminar normalmente entre los cachorros, en un momento agacharse, mirar a los cachorros y llamar su atención golpeando las manos. Esto es una gran ayuda para la socialización. Es importante que cuando los cachorros lleguen a nosotros, tal vez gimiendo, le dejemos lamer nuestras manos. Ese lamido es muy importante, ya que expresa la voluntad del cachorro de agradar, de ser aceptado.
7)      Entre el día 43 y 49 iniciamos paseos cortos en auto, afianzamos la relación hombre/perro. La socialización hombre/perro nunca debe iniciarse después de esta semana (de hecho, veremos más adelante que lo ideal es que la socialización se inicie desde los primeros días de vida).
8)      A partir de ahora Ud. debe asumir un comportamiento donde su “autoridad” (máxima jerarquía), es innegociable. Una actitud firme sin ser violenta, nunca caprichosa, y el comienzo de premios (como una simple caricia en la cabeza) y castigos (no mirar al cachorro por un rato, no atenderlo, ignorarlo por un momento, es un “castigo” que el cachorro percibe muy bien). Esa caricia en la cabeza técnicamente se llama “reforzamiento positivo”de una conducta del perro que nos satisface; un “Nooo!” dicho con firmeza, sin que sea un grito y sin que exprese violencia, es un “reforzamiento negativo”. El ejercicio prudente, hecho con inteligencia, de reforzamientos positivos y negativos, irán “educando” al cachorro, que procurará motivarnos a muchos reforzamientos positivos y tratará de evitar los reforzamientos negativos.
9)      También son importantes las inflexiones de voz y también las expresiones de nuestra cara. La risa, nuestra sonrisa, rápidamente son interpretadas por el cachorro como expresión de nuestro agrado, de nuestra satisfacción por algo que él cumplió bien. No hay que temer el ridículo. Sonreírle a un perro para expresar nuestra satisfacción, nuestra conformidad para con él, es un “arma” que nos va a ayudar mucho en el futuro. Esto no es de extrañar ya que las personas sonrientes son mejor aceptadas, caen bien en nuestro mundo humano.
10)  Desde el día 50 en adelante comienza la socialización perro/perro. Con cuidado debemos iniciar la relación de nuestro cachorro con sus congéneres.

A continuación vamos a desarrollar en forma cronológica todo lo referido a las “Fases del Desarrollo Social del Perro”. Es necesario aquí hacer una advertencia muy importante: con la misma receta de cocina 6 cocineros cocinan comidas de distintas calidades. Esto quiere decir que lo importante no es sólo la receta, sino la capacidad del cocinero. Las “recetas” para optimizar el desarrollo físico y la conducta de un cachorro pueden ser muy buenas desde el punto de vista técnico, pero es imprescindible ser un “buen cocinero”. También es importante incorporar con criterio a este “trabajo” nuestra personalidad, nuestras capacidades. Algunas comidas tienen un sabor especial por una salsa “secreta”, creación del cocinero privilegiado. No hay que temer las innovaciones; interactuar con un perro es maravilloso, nos va a hacer bien, nos va a tranquilizar, nos va a disminuir el stress. Si uno tiene una mascota, especialmente un perro, es para disfrutarlo. Las fases son las siguientes:
           
1) FASE DE SOCIALIZACIÓN
a) Desde los 20 a 35 días
            b) Desde los 35 hasta los 80/90 días
                             
2) ETAPA JUVENIL
            a) Etapa Juvenil Primaria (3 a 5 meses)
 b) Etapa Juvenil Avanzada (5 a 8 meses)

3) PUBERTAD (7 a 12 meses)
4) ADULTEZ (1,5 a 6 años)
5) MADUREZ (se inicia a los 6 ó 7 años y dura hasta la Senectud)
6) SENECTUD (desde los 8 ó 9 años hasta la muerte)


1) FASE DE SOCIALIZACIÓN (desde los 20 días hasta los 3 meses de edad)
·         El cachorro considera al hombre como animal padre; con un sabio manejo se le graba el ser humano como guía y protector.
·         Comienza a captar su “medio ambiente” y “aprende” de todo lo que lo rodea y alcanza a percibir.
·         En esta etapa, es fundamental que el hombre prodiga al hombre el máximo afecto, lo acostumbre paulatinamente al nuevo medio ambiente, ruidos, tránsito, personas e incluso a viajar en vehículos.

a)      Desde los 20 a los 35 días, la capacidad sensorial del cachorro es escasa, carece del sentimiento del miedo, lo cual facilita enormemente la adaptación sin traumatismos al medio ambiente. Aquí debemos comenzar con tranquilidad e inteligencia un manejo del juego y el movimiento corporal de los cachorros (gimnástica funcional) con pelotitas y latitas y también un cepillado diario, maniobra seria pero alegre, que permita “socializar” en forma óptima la relación entre los cachorros y el “jefe”.
En la vida del lobo, la etapa de “instrucción primaria”, entre los 20 y 35 días, está a cargo de la madre. Cuando el cachorro crece y puede desplazarse, comienzan algunas salidas en torno de la “cueva de cría”. Estas primeras salidas son “salidas colectivas”, cortas y siempre cercanas al redil.
           
b)     Desde los 35 días a los 80/90 días. Este es un período muy importante, un “período sensible”, dónde un manejo equivocado puede hacer muchísimo daño. A los efectos didácticos daremos un ejemplo frecuente describiendo situaciones de nuestro “mundo humano”: una madre con su bebé de 2 meses en brazos toma un ascensor y sube hasta el piso 20, el bebé no se altera en absoluto. Esto es porque el mundo de ese bebé se circunscribe al regazo de la madre, no percibe más que los olores familiares y agradables  de ese mundo pequeñito. Esto sucede porque no tiene desarrollado sus sentidos, es inconsciente, no percibe nada “externo”. No se asusta, no se altera, y se siente igualmente cómodo y protegido. Pasan unos años y esa misma madre toma el ascensor con ese mismo niño que hora tiene 6 ó 7 años. Sube el ascensor y cuando llegan al piso 20 el niño está pálido, con las palmas de las manos transpiradas y una incómoda sensación en el estómago. Esto sucede porque el niño ahora tiene todos sus sentidos desarrollados, pero su entendimiento, su aprendizaje, su experiencia, su madurez no alcanzan para enfrentar situaciones como esta. Se sorprende, se asusta, y se encuentra en una situación incómoda que le gustaría no repetir. Pasan unos años más y el que fue bebé, y niño de 6 años, ahora es un adolescente de 15, y lo vemos subir y bajar del ascensor con total naturalidad, sin prevención ni molestia alguna. Sucede que está plenamente desarrollado, tiene madurez y experiencia para entender muchas nuevas situaciones y enfrentarlas y superarlas con naturalidad.
 
En nuestros perros, la situación de un cachorro entre los 20 y los 35 días es similar a la del bebé de pecho. Entre los 35 y 90 días es parecida a la del niño de 6 años (todos los sentidos desarrollados, es decir, percibe clara y rápidamente todos los nuevos peligros) pero carece de la madurez y de la experiencia para enfrentarlos sin alterarse; un perro de 15 meses, si fue bien manejado, está en situación parecida al adolescente de 15 ó 16 años (tiene un buen desarrollo corporal, lo que le da buenos medios físicos para superar dificultades y tiene un avanzado desarrollo cerebral y perceptivo, lo que lo pone en situación de comprender rápidamente situaciones nuevas y encontrar fácilmente las soluciones correctas).

En este “período sensible”, nosotros agravamos los riesgos porque en nuestro medio la mayor parte de los cachorros cambian de dueño, de ambiente, de grupo social, entre los 45 y 60 días. Es decir, en el período más riesgoso, cuando el criador debería estar accionando con el adecuado manejo que describimos en la primera parte de esta clase, nosotros hacemos lo menos indicado: ¡vendemos el perro! Y el cachorro, que como ya hemos visto tiene como principal dificultad adaptarse al “mundo humano”, que no es el propio, afronta una situación todavía más difícil: cuando aún no se adaptó a su “primer mundo humano” (el criador y el hábitat del criadero), está forzado a cambiar a “otro mundo humano”, generalmente bastante distinto a aquel en que el cachorro nació y vivió sus primeros 50 ó 60 días. En general, en nuestro medio la mayoría de los cachorros van a nuevos propietarios que carecen de los mínimos conocimientos para el manejo adecuado del nuevo ser (el cachorrito), que se incorpora a su grupo social, a su familia. No es suficiente el cariño y el amor por los perros, también hay que tener conocimientos, saber que es lo que el perro necesita, lo que le hace bien, y así poder ayudarlo a incorporarse a su “nueva familia”. Sin embargo, no debemos desesperarnos: los conocimientos que nosotros tenemos, más los que sigamos incorporando, nos permitirán ser “pequeños o grandes maestros”, poder no sólo aprender sino también enseñar estas cuestiones, y de a poco, con paciencia, si nos ponemos este objetivo, Criadores, Dirigentes, Veterinarios, Jueces, iremos paulatinamente mejorando “los mundos humanos” en que obligamos a vivir a los perros. Y ese es el principal objetivo de estos Cursos: formar maestros de tal forma que estos conocimientos básicos pero importantísimos se vayan difundiendo en progresión geométrica.

Un buen consejo es hacer como la mayoría de los criadores hacen en Europa y en Estados Unidos: los cachorros salen del criadero cerca de los 3 meses de edad. Es decir, el criador cumple con su “obligación responsable” de entregar el cachorro a sus nuevos dueños cuando ya lo ha socializado, cuando ya ha aprovechado sus conocimientos para entregar un producto mejor formado y también con un poco más de desarrollo para que la adaptación al nuevo hogar sea más fácil y más placentera. Nosotros aquí en nuestro medio podemos corregir algunas de nuestras deficiencias haciendo un instructivo, un escrito con consejos y recomendaciones que orienten a los nuevos propietarios, no sólo en cuestiones sanitarias (esto la mayoría de los criadores ya lo hacen), sino sobre cuestiones del manejo correcto en lo referido a la educación casera, al establecimiento de normas de convivencia correctas, que harán que ese cachorro, cuando crezca, tenga aquel famoso buen comportamiento social, buena capacidad para vivir dentro de la sociedad humana (de esto ya hablamos pero debemos insistir permanentemente).
La aceptación de estas responsabilidades por parte de los Criadores, no por una exigencia jurídica o una obligación reglamentaria, sino por una íntima convicción de que criar perros es hacerlo así, de la mejor manera posible, nos llevará a un mejoramiento de la “cultura cinológica” en general y entonces todo será más fácil. Los Cursos, las charlas, no sólo para entendidos sino para el público general (potenciales compradores de cachorros), la publicación de artículos en revistas especializadas, catálogos de exposiciones, páginas web, etc., nos irán acercando al éxito. Este es un esfuerzo y una responsabilidad que debemos asumir entre todos.

2-      ETAPA JUVENIL (desde 3 a 7-8 meses)
a.      Etapa Juvenil Primaria (3 a 5 meses)
·         Es como educar a un niño pequeño, poniéndole pautas de comportamiento. Es el inicio de la educación. Un bebe de 8 meses cuando está aprendiendo a comer puré con una cuchara puede ocasionalmente sacudir la cuchara y pegarle puré en la cara a la abuela, pero ningún niño de 3 años hace eso. Y esto es porque la educación le ha impuesto normas de comportamiento.
·         Un perro no aprende tanto ni tan a gusto como en esta etapa. Por eso hay que aprovechar un “juego-enseñanza”, bien planificado que se prolongará hasta los 5 meses de edad.
·         Hay un error que se comete con demasiada frecuencia: es “probarle el carácter” a un perro “bebé”, que todavía está cambiando los dientes, que tiene la boca dolorida, inflamada, con dientes movedizos, y a veces “doblados”, porque ustedes saben que el cambio desde la dentadura temporaria a la definitiva tiene un período de “dientes dobles” en que coinciden los que van siendo desplazados hasta alejarse de su fuente nutricia (y así se caen), y los que vienen empujando, los dientes definitivos, que van tomando lugar a medida que desplazan a los deciduos. En esta etapa, sólo puede interesarse a los cachorros con algún elemento rastrero, blando, que nunca debe levantarse del piso, y en cuanto el cachorrito muestra predisposición para aplastarlo con las manos, ya no hay que hacer más nada, por lo menos hasta después de los 7 meses cuando tiene la dentición completa, la boca sana y los dientes fuertes. Recuerden que para que un perro “haga presa” precisa 3 elementos fundamentales:
1- una dentadura fuerte y bien desarrollada
2- la cabeza bastante desarrollada, que entonces tendrá músculos bien fuertes y tonificados, lo que le permitirá morder fuerte.
3- un buen corazón, “garra”, que no todos los perros tienen en el mismo grado, que responden mucho a los antecedentes genéticos, y que cuando falta es imposible reemplazar desde afuera. El Deportista Canino tiene que poner especial cuidado en elegir bien a su “compañero de trabajo”.

b.      Etapa Juvenil Avanzada (5 a 8 meses)
·         Es primordialmente aquí donde el cachorro busca su ubicación jerárquica con respecto al amo. Si la educación hasta aquí ha sido buena, el cachorro no conocerá la desobediencia y estará conforme con su posición siempre que el hombre haya sabido mantener adecuadamente “el rango”.
·         Si llegamos bien hasta aquí, los cachorros están especialmente dispuestos a la subordinación, están ávidos por efectuar tareas de equipo y sentirse útiles y activos, lo que les causa alegría y les refuerza su sentido de personalidad.
·         Para el Deportista de Perro de Trabajo, quien no solo quiere educar al perro sino también participar en competencias deportivas, es este el momento adecuado para comenzar, de a poco, un trabajo en serio.
·         El animal estará encantado de poder trabajar con su “jefe de manada”, por ejemplo, seguir un rastro significará una cacería en común.
·         Aprovechamos aquí para indicar que el Adiestramiento en Disciplina debe iniciarse después que el perro completa su dentición y finalizarse al llegar la Pubertad. Un cachorro con una buena socialización, tal como lo indicamos, con una Educación Primaria (preescolar) adecuada según las pautas que fijamos, llega a los 6 meses ( aquí completan su dentición), con una enorme capacidad para ser adiestrado en cuestiones de subordinación (lo que llamamos “disciplina”). Este es el período en que el lobo joven quiere “formar equipo” con el Jefe y comienzan las cacerías en conjunto. Aquí estamos en el período de máxima voluntad del perro para aprender, con sus sentidos y capacidades plenamente disponibles para esa tarea de aprendizaje, sin conflictos jerárquicos con el “Jefe”. Es por eso que hay que aprovechar estos 2 ó 3 meses y el Deportista de Perro de Trabajo no debe perder ni un día de esta etapa. 

3-      LA PUBERTAD (7 a 12 meses)
·         Comienza en el 7mo. u 8vo. mes y concluye con la madurez sexual (aunque hay razas en que esto es bastante diferente). No solamente en el humano es una edad difícil, en los perros también.
·         Esta etapa está dominada por caprichos y desequilibrios temperamentales.
·         Se observa con frecuencia un comportamiento insurrecto, pendenciero. El propietario puede llegar a tener la impresión que su perro ha olvidado todo lo aprendido.
·         Por otra parte, esta fase de probable desobediencia, debido a un trato inadecuado puede convertirse en fase de temor y de miedo. Cachorrotes de 8 o 9 meses pueden transformarse en animales cobardes y sumamente miedosos.
·         La pubertad es una fase intermedia difícil para el cachorrón, en la que cambia de cachorro a perro adulto en su carácter (acción hormonal), y comienzan las pretensiones de ascender jerárquicamente
·         Es en este momento en el que quedará determinado quién tendrá el rango máximo, ¿el perro o el amo?
·         Repetimos acá, a un a riesgo de ser cansadores y aburridos, el mismo ejemplo que dijimos en la primera clase referido 
·          Si una señora de 65 años y 45 kilos de peso compró un rottweiler a los 2 meses de edad, en este momento tendrá graves problemas: casi con seguridad, el perro, que ya pesa más de 35 kilos, le pondrá las 2 patas en el pecho, gruñendo y la mujer quedará recostada contra la pared, con un miedo terrible, reflejado en la secreción de adrenalina, cuyo olor el perro percibirá de inmediato. Ahora ya se sabe el dueño de la máxima jerarquía, y para la dueña, la convivencia será imposible, y que el perro hará todo lo que quiera o de lo contrario se pondrá agresivo. Situación inmanejable. Esperemos que estos cursos colaboren a que una señora de 65 años y 45 kilos de peso no compré un rottweiler.
·         Entre los cánidos salvajes (y los lobos) es en la pubertad (bastante más larga que en los perros domésticos) el momento en que el lobo joven se quiere atrever a destronar al lobo jefe de la manada y se producen peleas que pueden ser mortales.
·         Para el propietario del perro es fundamental demostrar en esta etapa la superioridad y suprimir la rebelión. Así se establecerá definitivamente quién es el jefe, llegando esa subordinación a ser definitiva, formándose posteriormente un sólido equipo perro-hombre, al cual el perro se somete sin problemas.
·         No es aconsejable iniciar la instrucción de un perro durante la pubertad. Si no se inició antes es preferible dejar pasar esta etapa e iniciar el adiestramiento después de los 14 meses.

 
4-      ADULTEZ (1,5 a 6 años)
·         El perro totalmente desarrollado alcanza su plenitud.
·         Los perros de deporte llegan aquí a su mejor rendimiento, formando un excelente equipo con su guía.
·         También hay plena capacidad reproductiva, actitud importantísima para los criadores que realizan es apasionante tarea que es la crianza.
·         El perro, activo y enérgico, precisa ejercicios (desde simples paseos y juegos hasta verdadero “training” según la raza y los objetivos deseados) que lo mantengan con buen tono muscular y le permitan descargar tensiones.
·         Esta etapa es también ideal para acercar a los niños al maravilloso fenómeno de la reproducción.
Conclusión: en gran medida, disfrutaremos aquí de todo lo bueno que hayamos realizado en el primer año de vida del perro.


5-      MADUREZ (se inicia a los 6 ó 7 años y dura hasta la Senectud)
·         Desde los 6 ó 7 años, los perros inician esta etapa que se caracteriza por una progresiva disminución de la actividad, que paulatinamente lleva  a la senectud.
·         La llegada de la senectud es variable: hay perros que son “jóvenes” hasta los 9 años y otros que a los 6 ó 7 años ya manifiestan síntomas de vejez.
·         El perro debe mantenerse activo pero no hay que exigir a un perro de 8 años lo mismo que a uno de 4.
·         Aunque los perros bien cuidados y sanos todavía están “en forma” desde el punto de vista reproductivo, es necesario ser prudentes en su empleo, lo que es especialmente válido para las hembras.

6-      LA SENECTUD (desde los 8 ó 9 años hasta la muerte)

·         A partir de los 8 ó 9 años (aunque hay excepciones), los perros entran en la vejez. Van perdiendo facultades (olfato, oído, vista, agilidad, resistencia) y muchas veces hay problemas articulares “normales” (artritis, artrosis).
·         El perro se mueve mucho menos y hay tendencia a aumentar de peso lo que debe ser controlado. El ejercicio debe ser moderado. Modernamente, está cambiando el concepto de la nutrición del perro senil (consultar Veterinario) y ahora ya no se usan tanto los alimentos “light” sino que hay una tendencia a volver a usar alimentos energéticos en cantidad moderada. Las nuevas tendencias indican que el perro senil, con los riñones sanos, debe ingerir alimentos ricos en proteínas. Consultar Veterinario.
·         Algunos perros pueden cambiar de carácter y hacerse gruñones y hasta agresivos. En este caso lo mejor es no molestarlos, dejarlos tranquilos.
·         Es esta la etapa en que más debemos expresar nuestro amor por el perro, en forma activa, siendo pacientes, cariñosos y comprensivos.
·         Ojalá nuestro corazón nos permita, aunque no hayamos cumplido bien con nuestro perro en todas las otras etapas anteriores, ser capaces de cumplir en esta.
·         ¡El perro sólo nos lastima cuando muere!

NOTA: hay muchas entidades protectoras de animales; hay mucha gente bondadosa que recoge perros en su casa y los cura y protege. Piensen ustedes que la mitad de ese esfuerzo no sería necesario simplemente si cada uno de nosotros cuidara bien y “aguantara” hasta la muerte a nuestros perros viejos.

Algunos consejos:

·         El perro es un animal de manada (jauría) con la que convive permanentemente.
·         El perro será más suyo cuanto más tiempo usted lo tenga a su lado. Aprenderá a leer sus gestos y movimientos. Haga lo mismo, observe con atención a su perro. Va a aprender muchísimo!
·         Cuando quiera enseñarle cosas a su perro y poner al cachorro en “situación propicia” de atención e interés de formar parte de “un equipo” con usted, sonríale mirándolo de frente, siempre sonriendo, aunque sea en forma caricaturesca.
·         Si somos instructores en lugar de “exigir” al perro, debemos “darnos” a nuestra misión de instruir tratando que la difícil etapa del aprendizaje que en muchos aspectos contraría las disposiciones naturales del cachorro, le resulte alentadora, lo mantenga lleno de entusiasmo y de buena voluntad, logrando su mejor disposición para ejecutar lo que de él requerimos.

Más info en: www.terradantoa.com
GRACIAS a Antonio Medina por cedernos tan gustosamente este espléndido artículo.






EL PASTOR ALEMÁN DE COMPETICIÓN

Entrenamiento para monográficas

Una vez que decidimos seleccionar a un cachorro para competición, bien sea criado por nosotros o comprado a algún criador de confianza, debemos tener bien clara una cosa:
“no va a ser un perro de casa”.
Si bien cualquier cachorro puede ser uno más de la familia, si queremos que nuestro cachorro compita al más alto nivel tendremos que tratarlo como lo que es “un atleta pura sangre de élite” y como tal debemos tratarlo.
A nadie le pasa por la cabeza que un caballo de carreras dedique su tiempo a pasear a niños tranquilamente por una pradera y de igual modo la vida de un pastor alemán seleccionado para competir tiene que girar en torno a la competición, desde su más tierna edad independientemente del tipo de competición al que se vaya a dedicar (Ring francés, Schutzhund,  Agility, Belleza, …)
En este hilo voy a centrarme en el entrenamiento para monográficas desde cachorro hasta adulto, tocando no solamente el apartado físico sino también el mental, aprovechando sus instintos innatos e intentando aprovecharlos e incluso en algún caso reconducirlos, si bien esto último es más útil para entrenamientos de defensa en trabajo deportivo (SchH, IPO, CEPPA, RCI,…).
La etapa de cachorro es con diferencia la más importante desde el punto de vista mental en cualquier animal. En esta fase es cuando el cachorro atraviesa la fase de “imprinting”, es decir reconoce su entorno y a sus congéneres. Si el cachorro es criado por nosotros deberemos asegurarnos estar bien presentes en esta fase ya que si el cachorro no se acostumbra a la presencia humana su carácter se habrá estropeado  para siempre. Aunque hay distintas opiniones en lo relativo al comienzo y la duración de la fase de imprinting, yo personalmente opino  que es importantísimo manipular a los cachorros incluso antes de que abran los ojos, acercándonos a ellos y hablándoles en voz bien alta, incluso dando palmadas para que en el futuro no tengan miedo a ruidos (una radio  en la paridera también sirve de ayuda), cogiéndolos en brazos para que puedan olernos y se acostumbren a la manipulación.
Una vez acostumbrados  a la presencia humana y a ruidos, son muy importantes las salidas al exterior. En nuestra finca, al sol, sobre césped preferiblemente y dentro de un entorno delimitado por una valla, aprenderán a explorar, descubrirán nuevos olores y aprenderán a seguirnos. Es muy importante que este entorno esté dedicado siempre a los cachorros y que otros perros no lo acostumbren demasiado con el fin de evitar enfermedades. Aquí ya podremos comenzar a estimular un poco el instinto de presa, permitiéndoles portar trapos o mordedores para cachorro (los hay de 7 u o centímetros ideales para estas edades).
En torno a las 8 semanas y tras las vacunaciones los cachorros deberían de empezar a separarse,  bien porque se venden o bien porque nos vamos a quedar con ellos. De cualquier modo, aquí unos ya dominarán sobre otros, por lo que separando al más dominante, crearemos a un nuevo líder dentro del resto del grupo y así sucesivamente hasta que solo quede uno, que lógicamente será líder de sí mismo.
Aquel cachorro que hayamos seleccionado para nosotros o aquél que haya llegado a nuestra casa con dos meses, deberá tener una relación  lo más estrecha posible con nosotros, es decir, el papel del dueño no debe limitarse únicamente a la alimentación, sino que debe aportar el mayor número de estímulos positivos posible, fundamentalmente con juegos, caricias y paseos. Continuaremos por tanto estimulando la presa con mordedores de cachorro atados a una cuerda larga que haremos que persiga hasta que al final acabe dando caza y mordiendo el mordedor. Personalmente me gusta alternar el mordedor con el trapo (preferiblemente de cuero) para ir matizando las bocas, es decir, una vez haya mordido el trapo, tensamos y tiramos suavemente hacia nosotros.
Si el perro pierde la presa, esta volverá a estar viva, el mordedor volverá a correr delante del cachorro hasta que le vuelva a dar caza.
Si por el contrario, el cachorro no suelta la presa, tras tensar aflojaremos para permitir al perro que corrija la mordida y una vez que esta sea “a boca llena” le permitiremos que se lleve el trapo.
Tal vez haya alguien que opine que un entrenamiento de este tipo es demasiado temprano en un cachorro de 2-3 meses, pero yo por el contrario opino que simplemente es un juego que perdurará en la memoria del cachorro y que posteriormente retomaremos una vez haya concluido el cambio de dentición (durante el cual no tendrá lugar ningún tipo de entrenamiento que conlleve mordidas).
Cuando comience el cambio de dientes reconduciremos el entrenamiento del cachorro a principios de obediencia básica siempre finalizados en positivo. Será muy importante el acudir a la llamada, el sitz, el fuss con y sin correa. No seremos nada exigentes con la ejecución, bastará con que cumpla las órdenes aunque la posición no sea la correcta y premiaremos siempre bien con mordedor, pelota o comida en función de lo juguetón o comedor que sea el cachorro.
Al mismo tiempo comenzaremos a manipular más a fondo al cachorro, exigiéndole aguantar la posición de posado durante algún tiempo mientras lo acariciamos o lo cepillamos.Esto nos ayudará mucho en las exposiciones futuras.
Personalmente no me gusta hacer ningún tipo de ejercicio de ring hasta los 6 meses y tras haber realizado unas radiografías preventivas. Sí saldremos a menudo de paseo con él para que se acostumbre a la correa y de vez en cuando jugaremos con él  “haciendo  bosque”, es decir, escondiéndose el dueño en el bosque y llamando al cachorro mientras un ayudante lo lleva de correa. Los tiempos de búsqueda serán breves y preferiblemente el ejercicio se realizará siempre en línea recta para evitar que el cachorro se aburra y que las articulaciones sufran lo menos posible.
Es conveniente que durante estos juegos-entrenamientos usemos siempre los mismos colores en nuestra vestimenta, colores claros o chillones ayudarán al perro a localizarnos más fácilmente entre el tumulto de exposiciones futuras. Igualmente deberíamos usar siempre algún tipo de silbato o llamador que usaremos tanto en los entrenamientos como a la hora de las comidas para que el perro lo relacione siempre con algo positivo. Además continuaremos con las manipulaciones añadiendo el control de boca, orejas y testículos.
Mantendremos este tipo de entrenamientos aumentando ligeramente  los tiempos y añadiendo algún ejercicio más de obediencia como el platz pero evitando siempre los sobreesfuerzos y los saltos hasta que hayamos hecho las radiografías definitivas.
Una vez hayamos superado  con éxito las radiografías de caderas y codos podemos comenzar con un entrenamiento más en serio.
Fundamentalmente, me gusta centrarme en tres tipos de entrenamiento:
  1. Destinados a aumentar potencia y musculación.
  2. Destinados a aumentar la resistencia.
  3. Destinados a mejorar la fluidez.

  1. Ejercicios de potencia y musculación.
Este tipo de ejercicios me gusta realizarlos siempre sobre superficie blanda, preferiblemente arena de playa o hierba.
En los primeros entrenamientos me centro exclusivamente en pelota. Lanzamientos largos y en cuesta arriba le ayudaran a muscular el tren posterior y aumentarán la capacidad de reacción. Este tipo de ejercicio me servirá siempre como calentamiento previo.
Tras 3 ó 4 días de este tipo de entrenamiento comenzaremos con el entrenamiento de musculación propiamente dicho.
Tras 3 o 4 lanzamientos de pelota, comenzaremos sesiones de tiro de correa con la ayuda de un handler y con el dueño delante llamando al perro. Es importante que el dueño estimule al perro para que este encuentre motivación en las sesiones iniciales, posteriormente bastará con que el dueño se esconda y haga sonar su silbato.
Personalmente me gusta realizar esto en arena de playa ya que reafirmará mucho los corvejones, si bien en perros que todavía no hayan completado el cerramiento de dedos es preferible una superficie un poco más dura, preferiblemente hierba.
Si no disponemos de handler, haremos que el perro arrastre un peso como un saco de arena, un neumático, etc… con ayuda de un arnés, llamando nosotros delante al perro.
Este entrenamiento bastará con un par de veces por semana en incrementos de 5 minutos por semana hasta un máximo de 20, en función de la edad del animal.
  1. Ejercicios de resistencia.
    Fundamentalmente bicicleta.
    Comienzo con lanzamientos de pelota para calentar músculo y posteriormente se inician los entrenamientos.
    Siempre al trote, estos deben realizarse de menos a más, procurando acabar siempre a trote máximo para aumentar la amplitud de paso. Personalmente hago las tandas en incrementos de 2 Km cada 15 días, comenzando en 2 Km y siguiendo en 4, 6, 8 y un máximo de 10 Km en función de la edad del animal. La frecuencia es de 2 veces por semana.

  1. Ejercicios de fluidez.
    Natación.
    Ayuda a relajar músculos y favorece mucho la amplitud de paso, por no hablar de los beneficios en la salud del animal y sus articulaciones. Si disponéis de piscina, mejor,  si no en río  y contra corriente o de orilla a orilla en ríos estrechos pero de mucha corriente, evitando las épocas más frías del año para evitar otitis y resfriados (tanto del animal como del dueño). Normalmente entre 5 y 10 minutos es más que suficiente.
    Inicialmente entraremos en el agua con el perro para motivarlo y controlar más su esfuerzo. Posteriormente podemos tomarlo como un juego tirando el mordedor o la pelota al agua y que el perro nos la devuelva.
    Es sin duda el ejercicio más completo.

Tal vez os sorprenda que no haya mencionado entrenamiento sobre el ring. Si bien es un entrenamiento más a realizar, yo lo hago sobre todo para que el perro se familiarice con la competición en sí misma. El perro debe saber qué es lo que va a hacer en un ring y poco más.
Para ello, daremos sesiones cuando el cachorro sea joven, siempre en compañía de más perros y reforzaremos en días previos a la monográfica.
Complementaremos el entrenamiento semanal con un día en nuestra casa para que el perro se sienta parte de una manada donde el propietario es el líder y pueda estrechar su relación con él.
Acostumbraremos a manipular al perro a menudo, posándolo, cepillándolo a diario, enseñando dientes y palpando testículos. Tampoco debemos olvidarnos de entrenar el fuss sin correa ayudados por una pelota o motivador siempre y cuando hayamos enseñado al perro lo que es realizar correctamente un fuss.
Hay pocas cosas más subjetivas que una monográfica de belleza, donde todo se supedita a un estándar pero también al gusto de un juez. Detalles como el no mostrar correctamente una boca, que el perro se escape de su presentador, un mal rendimiento físico del perro sobre el ring nos harán perder puestos por muy bueno que sea nuestro perro.
Lo expuesto aquí ni son consejos ni recomendaciones y tampoco pretenden serlo. Simplemente es una opinión personal de lo que debe ser el tratamiento y el entrenamiento de un pastor alemán de élite.
Espero que pueda ayudar a alguien.
Un saludo.